martes, 31 de mayo de 2022

FRENILLO LINGUAL CORTO Y OTROS FRENOS DE LA LACTANCIA

 ¿SABÍAS QUE LA FALTA DE MOVILIDAD DE LA LENGUA ES LA CAUSA DE MUCHOS PROBLEMAS DE LACTANCIA? DESCUBRE QUÉ ES LA ANQUILOGLOSIA O "LENGUA ATADA" 






En el momento en el que nace tu bebé, un profundo amor os une. Has pensado durante el embarazo en ese momento, lo has idealizado con esas imágenes de mujeres dando el pecho a sus bebés que aparecen en las revistas.  

Y cuando llega el momento de la verdad, ese momento en el que ya puedes abrazar a tu bebé, lo tienes en brazos y comienzas a darle el pecho… las cosas empiezan a suceder de forma diferente a lo que esperabas: dolor en el pezón, grietas, tu bebé no gana peso, las tomas son interminables, a tu bebé le cuesta agarrarse al pecho y parece que “se pelea” con el pecho, has tenido obstrucciones/mastitis…

Si el inicio de la lactancia con tu bebé ha ocurrido de forma parecida, sigue leyendo porque hoy quiero hablarte de la anquiloglosia, una situación que no sólo complica la lactancia. También tiene repercusiones a largo plazo en el desarrollo y formación de los huesos que conforman la cara y la boca; además de dificultar funciones como son la respiración, la masticación, la deglución y la pronunciación.

Anquiloglosia es una de esas palabras raras, de esas que nos gusta usar a los sanitarios. Para que nos entendamos, anquiloglosia no es otra cosa que una lengua atada, una lengua que se mueve con dificultad. Y la succión del bebé al pecho puede verse afectada por esta falta de movilidad de la lengua.

Hay varias causas por las que puede verse afectada la movilidad de la lengua:

  • Frenillo lingual corto
  • Problemas musculoesqueléticos de las estructuras de la cara, del cuello o del cráneo
  • Síndromes genéticos
  • Daño neurológico

De forma frecuente se tiende a pensar que la anquiloglosia es consecuencia directa de un frenillo lingual corto, pero como te contaré a continuación, esto no es siempre así.

En ocasiones los partos complicados, como los instrumentalizados en los que ha sido necesaria la utilización de fórceps, espátula o ventosa; o los partos en los que la dilatación ha sido muy larga; o los casos de encajamiento prolongado del bebé, pueden dar lugar a fuerzas de compresión o tracción excesiva sobre los huesos del cráneo, de la cara y del cuello.

De esta forma, podemos encontrar que un bebé tenga dificultades para mover su lengua por:

·       Una asimetría en el movimiento de su cuello o haya una tortícolis congénita (le cuesta girar el cuello hacia un lado).

·       Un predominio de un patrón posicional extensor que lleva al bebé a estar con la cabeza hacia atrás y a que además le cuesta estar en posiciones más replegadas, como la posición fetal (puede que no le guste que le lleves porteado en una mochila o fulard). ¿Has probado si te resulta fácil tragar mientras mantienes la cabeza hacia atrás?

·       Una asimetría que podemos ver a simple vista en los huesos de la cara y la frente, con un lado más prominente y otro más hundido.

Por tanto, siempre habrá que valorar de forma completa al bebé, prestando especial atención a su cuello, su cráneo y su cara porque es allí donde se encuentran las estructuras que tienen una relación directa con la lengua.

Este hecho hace que encontremos casos en los que tras la intervención del frenillo no haya la mejoría esperada. Puede ocurrir porque había otros factores de origen musculoesquelético que como hemos visto influían en la falta de movilidad de la lengua (movilidad del cuello, contractura muscular, asimetrías craneofaciales…)

En conclusión, es sumamente importante hacer una valoración no sólo del propio frenillo. Es preciso también valorar el resto de las estructuras musculoesqueléticas relacionadas con la lengua para descartar su influencia en la anquiloglosia.

Una vez encontrada la causa del problema, será más fácil tomar decisiones acerca de los caminos a tomar. En unos casos será necesaria la cirugía para cortar el frenillo lingual corto; en otros casos con un tratamiento de Fisioterapia podremos devolver a la lengua su capacidad de movimiento para conseguir una lactancia exitosa para ti y tu bebé.

Busca en tu zona un fisioterapeuta pediátrico especializado en lactancia. ¡Y no dejes que nada te frene!


Elvira García

Fisioterapeuta pediátrica experta en Lactancia, Fisioterapia Respiratoria  y TMPI (Terapia Manual Pediátrica).

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